Exposiciones

CUCURBITACEA LAGENARIA SICERARIA

Centro Cívico Albayzín  mayo 2021

El arte y la naturaleza siempre nos devuelven a nosotros mismos. Al animal que somos y a desarrollar nuestras capacidades de abstracción para cuestionarnos e interrogarnos. El arte y la naturaleza son una abundante fuente de inspiración para la reflexión y el libre pensamiento. A algunos nos gusta pensar e intentamos que nuestro trabajo pueda contribuir a mejorar el lugar en que vivimos.

Esta exposición versa sobre la CUCURBITACEA  – LAGENARIA SICERARIA comúnmente conocida como calabaza vinatera o también de peregrino, un fruto que ha acompañado a la humanidad en el transcurso de su evolución. Su versatilidad como un singular contenedor de agua o grano o aceite o miel, etc. ligero y resistente nos acompaña desde hace más de diez millones de años, y es difícil pensar que sin su ayuda se hubieran podido recorrer grandes distancias y explorar nuevos territorios.

Pretende ser esta exposición una invitación a entablar una reflexión junto a estás singulares calabazas. Conocerlas, sorprendernos con sus caprichosas formas; admirarnos con su belleza casual. Disfrutar con los múltiples simbolismos que sus formas nos puedan sugerir. De mantener una conversación con este capricho de la naturaleza, de la que también formamos parte como otro capricho de esta.

• Jesús Páez acompañó a Miguel Berbel al huerto de Juan Antonio Haro en Nigüelas. Allí se topó con este fruto y tomó las primeras fotos con permiso del «maestro». Luego Miguel Berbel le propuso dejar constancia del largo proceso que va de la siembra a la obra artística. Se trataba simplemente de «documentar». Lo que no está reñido con intentar que las fotos «hablen»  bien de las calabazas.
  Las fotos han sido tomadas desde la mirada de Jesús Páez en sus visitas al «vergelberbel vivero artístico».

• Miguel Berbel busca con sus agroesculturas una empatía con la naturaleza Una actividad para conocer la tierra y entablar diálogos con esta a través del cultivo de su huerto y el manipuladlo de las calabazas. Es su modo de cuestionar y cuestionarse ante el distanciamiento de la sociedad actual con su medio ambiente y su silencio ante la esquilma sistemática de los recursos naturales. Una reflexión en la que encontrar otras maneras posibles de hacer las cosas, en su inquietud por salirse del camino trillado que nos impone y marca el sistema en su modelo cultural  neoliberal y consumista,
  Sus agroesculturas son abstractas y dejan a la imaginación de cada quien la libre interpretación de las mismas. Crea estas desde la inspiración que le provoca las formas de las calabazas que cultiva, enmascarándolas a través de un proceso de manipulación y pintado con fuego, pigmentos naturales y grasas vegetales, descubriendo nuevas texturas que las dotan de un acabado metálico, cerámico, imitando estos materiales e invirtiendo el proceso de cuando con estos se han imitado las formas de las calabazas para crear utensilios de uso doméstico.